Mi corazón se quedó en una casa, esa casa está en España.
Tenía nuestra casa un jardín dónde tú plantaste un limonero y los amigos nos visitaban. Reinaba la buganvilla y los grillos con las estrellas se mezclaban. Tú, que conoces los misterios del agua, también de noche te bañabas.
Algunos días ese jardín se asoma a mi ventana, pero no veo la buganvilla ni el limonero ni el cielo ni la mañana.
No sé cómo abrir las ventanas que se me quedaron encajadas.
No sé cómo abrir la puerta de la casa que se quedó en España.
Un roto para un descosido
Hace 1 día